Preguntas frecuentes acerca de la Biblia /10

La Iglesia hoy (1)

7. La Iglesia hoy

1) ¿Qué significa la palabra “Iglesia”?

La palabra griega «ecclesia» significa «llamados fuera de». La Iglesia no tiene nada que ver con el mundo. Es celestial, llamada fuera de este mundo para pertenecer a Cristo.

2) ¿Qué es la Iglesia?

La Palabra de Dios sólo reconoce una Iglesia. Esta Iglesia está formada por todos los creyentes, cristianos que han creído en “el evangelio de su salvación” (Efesios 1:13). Han sido unidos juntos en un cuerpo, no por ser miembros de una organización, sino por la acción del Espíritu Santo (Hechos 2:47; 1 Corintios 12:13 y Efesios 1:23).

3) ¿Cuándo comenzó la Iglesia?

La Iglesia comenzó el día de Pentecostés, cincuenta días después de la resurrección del Señor (Hechos 2).

  • ¿Por qué la Iglesia no existía antes?

Porque el Señor debía morir, resucitar y ser glorificado antes de enviar al Espíritu Santo (Juan 7:37-39). En Mateo 16 es todavía un hecho futuro: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia” (v. 18).

  • ¿Por qué no comenzó a existir más tarde?

Comenzó en Hechos 2, el día de Pentecostés, pues leemos al final de este capítulo que “el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (v. 47). De manera que la Iglesia existía entonces.

4) ¿Fue revelada la Iglesia en el Antiguo Testamento?

No. El misterio de Cristo y la Iglesia “no se dio a conocer” (Efesios 3:5) en el Antiguo Testamento. Al apóstol Pablo le fue encomendada la tarea de comunicar este misterio (v. 2, 7-8). El Antiguo Testamento sólo presenta imágenes de la Iglesia (por ejemplo, Rebeca). Pero sin la luz del Nuevo Testamento nadie podría reconocer en estas figuras la verdad de la Iglesia.

5) ¿Quiénes forman la Iglesia hoy en día?

La Iglesia está formada por todos los que han creído el Evangelio de su salvación (Efesios 1:13) y fueron unidos en un cuerpo (1 Corintios 12:13), ya sean judíos o gentiles de nacimiento.

6) ¿Cómo llegamos a ser miembros de la Iglesia?

Usted no debe hacer nada. Si es creyente, ya es miembro de la “Iglesia del Dios viviente”, la única Iglesia reconocida en el Nuevo Testamento. Usted no necesita «unirse» a un grupo o seguir a un líder. Un verdadero creyente ya es miembro del cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:12).

7) ¿Por qué el Nuevo Testamento utiliza figuras para describir a la Iglesia?

¿Cómo podría explicarle usted a un pigmeo de la selva ecuatorial qué es un avión, si esta persona nunca ha visto uno? Sin duda, usted utilizará figuras; por ejemplo, le dirá que un avión es como un ave muy grande, pero hecho de metal, que no puede pararse en los árboles, que se alimenta con gasolina, etc. Esto podría darle al pigmeo una idea aproximada de cómo es un avión. De la misma manera, Dios utiliza términos que nos resultan familiares (cuerpo, esposa, casa) para explicarnos cómo es la Iglesia.

8) ¿Qué significan las siguientes expresiones?

a) La Iglesia es el cuerpo de Cristo

Cuando Dios dice que la Iglesia es como un cuerpo, desea enseñarnos que (véase 1 Corintios 12):

  • Todos somos diferentes así como los miembros del cuerpo son todos diferentes y tienen cada uno funciones diferentes.
  • Hay unidad, tal como los miembros de un cuerpo forman un todo.
  • Y lo más importante, Cristo es la cabeza de este cuerpo (véase la respuesta 10 del capítulo 3).

b) La Iglesia es la casa de Dios

En una casa, todo debe estar dispuesto de manera que agrade al dueño de la casa. Por lo tanto, en la casa de Dios:

  • Hay un orden que debe ser observado (1 Timoteo 3:15).
  • La gloria de Dios puede ser vista y Él debe ser glorificado allí (Salmo 26:8).
  • Todo debe ser santo (Salmo 93:5).

Las referencias mencionadas de los Salmos se aplican, por supuesto, a la casa de Dios en el Antiguo Testamento; pero, muestran que la gloria y la santidad están vinculadas a la casa de Dios en general. La Iglesia es la morada de Dios hoy (Efesios 2:19-22).

c) La Iglesia es la esposa de Cristo

La esposa nos hace pensar en algo afectivo, en una relación indisoluble, exclusiva e íntima (Génesis 2:24). Esta figura nos enseña que hay una relación de amor entre Cristo y la Iglesia (Efesios 5:25). Los afectos de la Iglesia no pueden estar divididos, sólo deben ser para Cristo (2 Corintios 11:2). La esposa tiene un deseo muy particular: ¡que el esposo venga! “Sí, ven, Señor Jesús” (Apocalipsis 22:17-20).

9) ¿Qué debemos entender por «Iglesia de Dios en tal o cual lugar»?

Debemos entender que la Iglesia de Dios puede ser vista en su aspecto universal (Efesios 1:22-23) o en su aspecto local (1 Corintios 12:27), el que nos concierne ahora. La iglesia de Dios en una localidad (aspecto local) es la expresión local de la Iglesia de Dios en su conjunto (aspecto universal). La iglesia de Dios en una determinada localidad abarca a todos los creyentes que hay en dicho lugar. Es una parte de la Iglesia de Dios (véase la pregunta 2).

En épocas pasadas (por ejemplo, en la época del Nuevo Testamento), era fácil identificar a la iglesia local porque todos los cristianos de una localidad se reunían en un mismo lugar, y si eran demasiado para reunirse en un mismo lugar, se reunían en diferentes casas, pero todos en comunión los unos con los otros. Ellos eran así reconocidos como cristianos, y a ningún incrédulo se le hubiera ocurrido juntarse con ellos (Hechos 5:13).

En la época actual, la situación es más complicada pero los principios de Dios siguen teniendo plena vigencia. Los hombres han formado «iglesias», organizaciones, denominaciones, etc., y han creado la necesidad de hacerse miembros de esas «iglesias», lo que no tiene nada que ver con ser miembros del cuerpo de Cristo. En consecuencia, ¿cómo se puede ver o mostrar hoy en día la iglesia de Dios en un determinado lugar? Únicamente cuando se reúnen todos aquellos creyentes que voluntariamente desean reunirse sobre la base de las Escrituras, pero siempre teniendo en cuenta que éstos que se reúnen así no son toda la iglesia en ese lugar.

10) ¿Qué significa estar «congregados en el nombre del Señor»?

En principio, el cristiano quiere hacer todas las cosas en el nombre del Señor, incluso comer y beber (Colosenses 3:17). Pero si desea congregarse en el nombre del Señor (Mateo 18:20), entonces el Señor debe estar en el centro de la reunión, debe estar allí donde Él puede dirigir directamente todas las cosas y ser el foco de toda la atención. Usted puede reunirse en el nombre del Señor únicamente si reconoce Su plena autoridad. En resumen:

  1. “Donde”: un lugar que Dios escoge (véase Deuteronomio 12:5),
  2. “dos o tres”: un testimonio suficiente para Cristo,
  3. “congregados”: el poder divino (congregados por el Espíritu Santo),
  4. “en (o hacia) mi nombre”: Cristo es el nombre que congrega,
  5. “allí estoy yo”: la presencia de la Persona divina: Cristo,
  6. “en medio de ellos”: el centro divino.

En conclusión, para reunirse de acuerdo con Mateo 18:20 se necesita que

  • el Señor sea el centro de la reunión
  • el cuerpo de Cristo sea la base
  • la autoridad del Señor sea reconocida en separación del mal.

11) ¿Qué es una reunión de iglesia

Es una reunión cuando “toda la iglesia” se reúne en un solo lugar (1 Corintios 14:23) como “iglesia” (11:18). Cuando decimos “toda la iglesia” nos referimos, naturalmente, a todos aquellos que son aptos para tal fin y que tienen el deseo de hacerlo. En el Nuevo Testamento tenemos al menos tres propósitos para llevar a cabo las reuniones de iglesia:

  • para partir el pan (Hechos 20:7; 1 Corintios 11:24-26),
  • para orar (Hechos 12:5, 12 y Mateo 18:19-20),
  • para edificación (1 Corintios 14:5, 12, 22-25).

12) ¿Quiénes conducen las reuniones? (¿Es éste el rol de los pastores y/o ancianos?)

Cuando los creyentes se reúnen “en su nombre” (Mateo 18:20), el centro de la reunión debe ser Cristo (véase la respuesta 10). Él dirige todo. Esta reunión no está dirigida por un hombre. Cristo es el que gobierna (1 Corintios 12:5), y el Espíritu Santo dirige, opera y da a cada uno “como él quiere” (v. 11). Allí hay libertad para que cada uno de los hermanos1 pueda aportar algo: indicar un himno, orar audiblemente o presentar la Palabra para edificación (14:26-33).

13) ¿Quién debe ministrar la Palabra?

Cuando hablamos del “ministerio de la Palabra” (Hechos 6:4), nos referimos a la enseñanza y a la predicación de la Palabra de Dios a los creyentes. Esto lo harán aquellos que han recibido un don que los capacite para ese fin (maestros y pastores). Este ministerio tiene también un carácter profético: una palabra de Dios dirigida a la conciencia del pueblo de Dios.

Las Escrituras no enseñan acerca de iglesias en las que hay un único «ministro». En Antioquía, había “profetas y maestros” (no «un pastor», «un ministro», «un clérigo» o «un sacerdote», Hechos 13:1). Pablo les decía a los corintios: “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina... Hágase todo para edificación” (1 Corintios 14:26).

Todo debe ser hecho en amor, y con el santo temor que nos inspira la presencia de Dios.

14) ¿Cuál es la diferencia entre los dones y los oficios?

Los dones son facultades espirituales (don de maestro, de evangelista, etc.). Los oficios son cargos o responsabilidades, como las que ejercen los diáconos o los ancianos.

Los dones son dados para todo el cuerpo de Cristo (Efesios 4:11-12), de manera que un maestro, por ejemplo, puede enseñar en otras ciudades o países, pero los oficios son dados para una determinada localidad: “ancianos en cada ciudad” (Tito 1:5). “Ruego a los ancianos…: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros” (1 Pedro 5:1-2).

15) ¿Debemos nombrar ancianos hoy en día?

En el Nuevo Testamento, los ancianos siempre fueron establecidos por los apóstoles (Hechos 14:23) o sus delegados (Tito 1:5), quienes tenían un mandato expreso de parte de un apóstol para proceder así. En nuestros días, ya no hay apóstoles (porque para ser un apóstol era requisito haber visto al Señor, Hechos 1:21-22 y 9:4-6, compárese con 1 Corintios 15:8), y tampoco delegados apostólicos.

Aun así, hay hombres que cumplen con los requisitos que se les exige a los ancianos (1 Timoteo 3:1-7). No obstante, una lectura cuidadosa de la lista de las calificaciones necesarias para ser un anciano nos hace pensar que no es muy usual encontrar hombres así. Pero, los que reúnen estos requisitos, pueden todavía hacer la obra de ancianos, y los demás deben sujetarse a ellos (1 Pedro 5:2, 5 y Hechos 20:28).

16) ¿Qué dones se mencionan en el Nuevo Testamento?

En Efesios 4 se mencionan cinco dones principales de los que Cristo ha dado a su Iglesia:

a) Apóstoles: hombres que habían visto al Señor (Hechos 1:22 y 9:4-5).

b) Profetas: aquellos que profetizaban; presentaban la Palabra al pueblo. Antes de que el Nuevo Testamento fuera completado, los profetas tenían revelaciones (Efesios 3:5). Ahora que la Biblia está completa, la revelación también lo está pero el ministerio profético todavía se ejerce: una palabra de parte de Dios para una circunstancia determinada, para edificación y siempre sobre la base de las Escrituras. También mujeres profetizaban (Hechos 21:9), pero no en público ni en la iglesia (1 Corintios 14:34).

c) Evangelistas: predican el Evangelio a los pecadores perdidos, los llevan al Señor y a Su Iglesia. Un buen ejemplo lo tenemos en Felipe, el evangelista (Hechos 21:8) y sus actividades descritas en Hechos 8.

d) Pastores: cuidan a las personas tal como un pastor pastorea a las ovejas del rebaño. Hoy en día, muchas personas entienden por «pastor» algo muy diferente: una especie de «hombre orquesta», a menudo el hombre que está a cargo de una iglesia, pero que no se trata del “pastor” que presenta la Biblia. Notemos que esta palabra se menciona una sola vez en las Escrituras en singular, y que luego lo hace en plural (Efesios 4:11).

e) Maestros: tienen la capacidad de presentar la verdad de la Palabra de Dios de tal manera que sea comprendida y que los corazones de los oyentes ardan por conocer más de la verdad (Lucas 24:27, 32).

Como complemento de estos dones, hay otros presentados en 1 Corintios 12 y Romanos 12. Notemos que ninguno de estos pasajes nos da una lista completa de todos los dones.

 

  • 1Las hermanas deben guardar silencio en las reuniones de iglesia: 1 Corintios 14:34.